LA DESCONOCIDA DEL SENA ** Reyes Maraver ** Artículo  

Publicado por: Pandora

Cuando leí, hace ya mucho tiempo, Cien años de soledad de García Márquez, quedé impresionada (¡cómo no!) por la novela y por muchos de sus personajes, entre ellos el de Remedios la Bella. Esta chica es la mujer más hermosa del mundo, pero trastorna a los hombres y tiene sobre ellos un poder nefasto: todos sus pretendientes acaban muriendo trágicamente. Una mañana, Remedios asciende en cuerpo y alma a los cielos. Tan hermosa es que su desaparición de este mundo es muy diferente a la del resto de los mortales. En estos días me he vuelto a acordar de Remedios porque he tenido conocimiento de un hecho que, al parecer, tuvo lugar en París a finales del siglo XIX.

El cadáver de una joven de unos 17 años apareció en las aguas del río Sena. Todo parecía apuntar a un suicidio, ya que el cuerpo no presentaba ningún signo de violencia. Trasladaron a la chica a la morgue y allí permaneció varios días sin que nadie la reclamara. Era tan bella y presentaba una sonrisa tan enigmática que el empleado del depósito de cadáveres decidió hacerle una máscara mortuoria. Nunca se ha sabido la identidad de esta misteriosa muchacha, pero su rostro se llegó a convertir en un símbolo del París bohemio e inspiró a numerosos artistas. De la máscara se hicieron copias que adornaron macabramente las paredes de los hogares parisinos y, lo más asombroso, en 1960, este hermoso rostro se convertiría en el de la muñeca Resusci Anne, creada para realizar prácticas de reanimación boca a boca y cardiopulmonar. Muchos son los que han aprendido a salvar vidas sobre esta cara extraída de la propia muerte.

Para ser sincera he de reconocer que no son pocos los que opinan que lo más probable es que la máscara fuera realizada sobre el rostro de una joven viva, ya que consideran imposible que el cadáver de una ahogada tuviera una tez tan tersa y bien definida. Sin embargo, este hecho no resta a la historia ni un ápice de encanto, pues además en el origen de los cuentos y de las leyendas siempre puede rastrearse un hecho, más o menos puntual, que desata la imaginación popular o particular. Si no existió la ahogada hermosa, seguramente sí lo haría la joven bellísima que inspiró esta anécdota.

En esta línea, viene muy bien como ejemplo la teoría de Oscar Peyrou (escritor argentino afincado en Madrid) sobre el origen del cuento de El flautista de Hamelín. Según Peyrou, todo comienza en la pequeña villa de Hameln, situada cerca de Hannover. En la región había muchos molinos, ya que sus pobladores subsistían con la venta de la harina. En torno a los graneros abundaban las ratas a las que estaban acostumbrados los habitantes del lugar. La vida en Hameln se desarrollaba con tranquilidad hasta que en 1348 llegó la peste y la gente comenzó a enfermarse y a morir. En este acontecimiento ya podemos apreciar el germen del cuento, pero además encontramos que en 1361 volvió la peste, aunque esta vez ocurrió un hecho extraño y horrible. La mayoría de los afectados fueron niños de hasta trece años. Actualmente la explicación es sencilla: enfermaban aquellos que no estaban inmunizados por la primera epidemia. No obstante, en aquella época se pensó en algún maleficio o castigo divino. Los muertos fueron enterrados en una caverna en fosas comunes. Podemos ver de nuevo la similitud con el cuento: los niños entrando tras el flautista en la caverna. En cuanto al personaje principal, el flautista, puede ser perfectamente, según Peyrou, la representación de la muerte, puesto que en la Europa medieval era simbolizada por un esqueleto danzante y, en ocasiones, portador de un instrumento musical. Vemos como un hecho real se convierte en un relato cargado de elementos fantásticos y sorprendentes, como que las ratas y los niños sean hechizados por la música y sigan sumisos al flautista.


Así que, sea como fuere el origen de la historia de la desconocida del Sena, es el resultado lo que verdaderamente importa, pues encontramos en ella esa magia que necesitamos para completar nuestra realidad. Ese apego por lo asombroso e inexplicable ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes y ha sido reflejado magistralmente por autores representativos del realismo mágico, como García Márquez, Isabel Allende o Laura Esquivel, entre otros. La lectura de Cien años de soledad, La casa de los espíritus, o Como agua para chocolate nos permite conocer un mundo más perfecto, pues concilia estos dos planos, el real y el maravilloso, ofreciendo una realidad más completa y más acorde con lo deseado por todos los seres humanos. Hay algo en nuestro interior que se alimenta de magia. Por ello, me inclino a pensar que, al igual que Remedios la Bella se elevó a los cielos, esa chica ahogada mantuvo la belleza tras varios días deambulando por la muerte y por el Sena, pues prefiero las historias maravillosas como esa que podría comenzar así: Cuentan que hubo una vez en Francia una hermosa muchacha…”


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